Si tuviera un disco rígido en la nube, un espacio de almacenamiento al que solo pudieran acceder las aplicaciones que yo autorice en los términos que yo autorice, no tendría incentivos para usar productos de Google y Apple para tareas mundanas como tomar notas o compartir archivos.
La proliferación de aplicaciones federadas con ActivityPub, el renovado interés en los lectores RSS y los esfuerzos de la web indie son miniaturas de un proyecto de desmantelar las plataformas monopólicas mediante el uso de tecnología abierta.
El personaje Alan Turing viene en muchos sabores: el matemático fundador de la computación, el criptógrafo que ganó la guerra, el pionero diseñador de computadoras, el homosexual suicidado por la sociedad. Hoy quiero hablar del Turing sci-fi, que especuló con la posibilidad de una inteligencia artificial.
Pienso que, si hubiera nacido en otra época o en otro lugar, Mario Levrero habría sido hacker de profesión o de vocación, habría encontrado ahí lo que penosamente le arrancaba a la literatura.
Los otros días circuló un artículo del equipo de Prime Video1 en el que cuentan cómo, contrayendo un conjunto de microservicios a una aplicación monolítica, resolvieron un cuello de botella y redujeron los costos de infraestructura en un 90%. La noticia llamó la atención, por un lado porque se supone...
Chamot se dedica a buscar concursos literarios, elegir y ajustar sus textos, imprimir papeles, hacer envíos postales. Adopta identidades falsas para abarcar más territorio y envía cuentos a cada municipio bonaerense y cada sociedad de fomento chilena y a cada ayuntamiento español que se cruza por su camino.
Antes de los videojuegos RPG, estuvieron los juegos de rol de lápiz y papel, como el Dungeons & Dragons. Antes de los juegos de rol estuvieron los juegos de estrategia de guerra, los wargames como el TEG. Mucho antes de eso, claro, prácticamente desde el principio, estuvieron las guerras.
En 1989 Richard P. Gabriel publicó Lisp: Good News, Bad News, How to Win Big, un ensayo sobre la actualidad y el futuro de Lisp. Casi todo el texto resulta hoy anticuado y de interés solamente histórico pero hay una sección, The Rise of the Worse is Better, que se...
Cuando Messi debutaba, yo terminaba la secundaria. Tarde para Maradona y temprano para Messi, mi tiempo fue el de Riquelme, el eslabón perdido, el que reemplazó a Diego en su último partido y precedió a Lionel como dueño de la Selección.
El libro de Tanya Reilly muestra un camino de crecimiento desde el liderazgo técnico y nos recuerda que estamos en el negocio de la comunicación y de las interacciones humanas, que los "soft skills" no son territorio exclusivo de los PMs.
Librado a su voluntad, el ingeniero de software simplifica las organizaciones y sus sistemas al punto de disolverlos, al punto de que algunos de ellos dejan de existir. El software es la navaja de Ockham, la topadora que arrasa con la complejidad del mundo.
Así como algunos hinchas de Boca se volvieron con los años hinchas de Juan Román Riquelme, los fanáticos de las aventuras gráficas somos hoy humildes coleccionistas de las artesanías de Ron Gilbert.
En este presente distópico en el que el mercado cultural se quedó sin ideas y se dedica hace diez años a vender papel picado del siglo XX, tenemos otra vez aventuras gráficas. Tenemos, incluso, aventuras gráficas profesionales. Pero cabe preguntarse si son todavía posibles los jugadores de aventuras gráficas.
1. Hackers, genios y geeks El chiste empezó cuando me puse a leer The Innovators, el libro de Walter Isaacson. Pese a lo que sugieren el título, la tapa marketinera con Ada, Jobs, Gates y Turing, y el hecho de que Isaacson antes haya biografiado a Jobs, el contenido del...
Un guionista es un poeta pordiosero, un dramaturgo de cuarta, una especie de ingeniero trucho. Tiene que construir un puente para que fluya el tráfico pero todo lo demás, la actuación, el drama, pasa en el set. La escritura de guiones es una mezcla de técnicas con algo de talento...
¿Qué tienen en común Los Venture Capitalists (VCs) y Andrés Calamaro? Calamaro compone profusamente; siete de cada diez de sus canciones son descartables; graba material para cinco discos y, si no tiene a Joe Blaney —ese mitológico productor yanqui que solamente es conocido en Argentina— respirándole en la nuca, publica...